Solo son las 10 de la noche de un día de estos en los que se empieza a sentir el otoño. La luz de la calle, bajo un cielo totalmente oscuro, nos recuerda que a este lado de la península también va a llegar el invierno y con él la noche temprana.
El silencio, reinando por todas las esquinas, trae sonidos del pasado donde las noches de madrugada se pasaban entre folios y rotuladores amarillos. Cuando todos dormían, era el momento de estudiar. De tener la noche a mi entera disposición, con la libertad y el gusto de pasar líneas, párrafos y temas enteros a un ritmo pausado y centrado.
Hoy no hay ya folios que pasar, aunque sí vídeos, tutoriales y tests. Pero no por eso suena a aquellos años.
Hoy suena a un primer día del resto de tu vida. Uno, porque sé seguro que vas a tener muchos más. Paso a paso, con vaivenes como los que ahora solo hacen que te caigas de culo sobre la alfombra mullida.
Hace diez meses nosotros también sentimos uno de esos primeros días. El primero contigo.
Y ahora estamos aquí, tres corazones que laten cerca, comenzando un nuevo otoño.
Así se escucha hoy el silencio.
La tranquilidad.
Y la (bendita) nueva rutina.