Escribía el otro día sobre tapas de jamón y paellas de marisco (sin ser yo cocinillas, un atrevimiento), pero antes hay que definir el nicho de mercado. Entender que lo que a ti te parece la mejor opción, quizás no gusta a tus comensales. O directamente no lo pueden tolerar.
Dice Seth Godin que «primero hay que encontrar el nicho de mercado y luego crear un producto remarcable. No al revés.»
El Marketing trata de descubrir una necesidad en el mercado para crear algo que la satisfaga de la mejor forma posible. Y eso, en última instancia sirve, como dice el profesor Luis Sendino, para ganar dinero y mejorar la rentabilidad de la empresa. Esa es la clave.
Más que un producto
Antes de decidir lo que vas a cocinar, debes saber si hay una oportunidad real para enfocarte en ella. De hecho, a lo mejor la oportunidad no está ni siquiera en cocinar, sino en llevar esa comida a quién no puede ir a tu local a consumirla (como en estos tiempos de coronavirus que vivimos).
Estudiar el entorno también es fundamental. Le afecta el momento, las expectativas de quiénes crees que serán tus clientes y por supuesto los otros agentes que hay ahí fuera.
Conoce si hay otros productos (o servicios) parecidos en el mercado, qué soluciones complementarias existen, si puedes satisfacer la misma necesidad con otro producto sustitutivo… porque esto no va de innovar sin más, Va de parar y pensar.
Y también de analizar si lo que vas a ofrecer cuando salgas ahí fuera tiene el valor suficiente como para ser reconocido y querido. No es solo un producto, debe ser una conexión genuina entre tu marca y el consumidor para que de verdad te eche de menos cuando no encuentre tu producto. Sino, serás uno más en el estante.
Encuentra tu «dónde» y crea un «qué» que sea más que un producto.
Estudia a conciencia los precios, el canal de distribución, la comunicación… Y ajusta tu producto para que merezca la pena para tus consumidores.
Además, tu mejor nicho de mercado no tiene por qué ser un gran segmento. Hay muchas historias de éxito que cubren las necesidades de una pequeña comunidad que puede llegar a ser mucho más fiel que otras más tradicionales. Así lo dice la teoría Long Tail: aprovechar oportunidades en principio más pequeñas, pero mucho mejor segmentadas, o casi individualizadas.
En el fondo, que el producto sea remarcable será un buen cimiento para conseguir una marca remarcable.