¿Algoritmos o personas?

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Últimamente hay un poco de desconcierto en las redes sociales por las idas y vueltas de los algoritmos.

Publicaciones que de repente no funcionan como antes, otras que se viralizan sin pretenderlo y en medio quiénes van probando diferentes técnicas para dar con la clave del asunto.

Igual que pasa cuando Google cambia su algoritmo, aquellos que trabajan para posicionarse en las primeras posiciones de las SERPs deben redefinir sus estrategias para no perder posiciones.

Esta es otra de las variables. ¿Por qué, o mejor dicho, para qué, quieres ser el primero? Está claro que dependerá del objetivo de tu página. No es igual si es una empresa B2B, un servicio de consultoría, un E-commerce, un blog de marca personal o un cuaderno de apuntes, como esta.

Posiblemente la empresa B2B querrá llegar a un público muy definido que busca productos con especificaciones concretas, por lo que puede aprovecharse del teorema Long Tail. Un blog de marca personal, por otro lado, querrá responder a preguntas más abiertas o llegar a una gran masa de personas. Y aquí, además de los algoritmos, también entran en juego las redes sociales.

Encontrando el objetivo

Dejando de lado los algoritmos, pregúntate para quién escribes: para el algoritmo o para las personas. Suelo defender que las páginas creadas solo para algoritmos no aportan valor y que, aparte de llenar un poco el bolsillo de sus creadores (cada vez menos), acabarán desapareciendo.

Las personas buscamos información porque queremos resolver una necesidad o un dolor, y por eso las páginas con información certera, veraz y de fuentes fiables son las que sobrevivirán. Y Google lo sabe.

Por ejemplo, una de las últimas actualizaciones de su algoritmo hizo bastante daño a páginas con contenidos de salud que no provenían de fuentes médicas y organismos oficiales. Es lógico. Si te duele algo necesitas el consejo de un médico, no leer un refrito automático de posts con información repetida y enlaces a curas milagrosas.

Preocuparse más por el algoritmo que por lo que realmente interesa a quién quieres llegar es un error a largo plazo. Quizás al principio el algoritmo te «premie» dando visibilidad a tus publicaciones, pero no olvides que quiénes recomiendan, comentan y comparten son personas motivadas por lo que cuentas. Y si esas personas ven que lo que ofreces no es interesante, pasarán de largo por tu contenido.

Sin embargo, proporcionar contenido que les interesa puede generar un crecimiento más lento, pero natural. Quiénes repitan en tu página lo harán porque de verdad les interesa el contenido y no porque un algoritmo les llevó un día hasta allí.

Al final, la mayor recompensa será cuando no solo les guste tu contenido, sino cuando confíen en ti.

Lo que sabemos de los algoritmos

Analizando un poco cómo funciona LinkedIn, hay algunas cosas interesantes y que parecen lógicas:

  • Un contenido que genera comentarios es, por regla general, interesante. Y así lo lee el algoritmo: cuantos más comentarios, más interés. Entiende que el contenido es relevante para determinadas personas, y por tanto, lo sigue mostrando a otras.
  • A más comentarios, recomendaciones y compartidos, mayor distribución a los contactos de tus contactos y por tanto más personas alcanzadas fuera de tu red. Así, veremos en nuestro feed el contenido que el algoritmo interpreta como valioso en función de nuestro comportamiento y el de las personas de nuestra red con las que compartimos intereses.
  • Las primeras reacciones son clave y dependen de la red social y el tiempo de vida de los contenidos en cada una. En LinkedIn las reacciones que genera una publicación en su primera hora suelen marcar el éxito en su visibilidad. Sin embargo, puede que en Twitter necesites más publicaciones para la misma visibilidad, ya que aquí su tiempo de vida es más corto.
  • Ninguna red social quiere que te vayas. Están desarrolladas para engancharnos y que pasemos mucho tiempo haciendo scroll. Un enlace exterior es un riesgo de abandonar la red, y por eso se suele recomendar usarlos con moderación.
    • Sin embargo, debemos hacer un ejercicio de análisis: ¿dónde está el contenido que quiero compartir?, ¿mi público está dispuesto a irse a otra plataforma para encontrarlo? Quizás es bueno combinar ambas opciones. Si habitualmente compartes contenido de valor dentro de la red, tus lectores confiarán en ti y por tanto, si les interesa, lo leerán también fuera. Y por eso comentarán, recomendarán y compartirán, de forma que el algoritmo seguirá entendiendo que ese contenido es útil y relevante.
  • En LinkedIn se habla también del Social Selling Index, que es un índice que muestra tu eficacia en la red: a mayor puntuación, mayor visibilidad. Es decir, si es alta (simplificando mucho, si eres un usuario activo), tu contenido llegará más lejos. Puedes consultarlo en: www.linkedin.com/sales/ssi.

Por cierto, esto es hoy. Mañana cambiará el algoritmo, así que, ¡no te olvides de las personas!

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